[Quest] Sangre y Arena (Ciortan-Olivia Olsen)
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[Quest] Sangre y Arena (Ciortan-Olivia Olsen)
Movía mis pies al ritmo de las últimas estrofas de la canción que aún sonaba en mi emisora. Había encontrado un buen lugar, una terraza alta y de fácil acceso, desde la que había podido emitir el mini programa de media hora que servía más que nada para que mis padres supieran que me encontraba bien. Cuando la canción finalizó, saqué la cinta, la guardé en uno de mis bolsillos y acerqué mis labios al micrófono. Apreté el botón para hablar.
-Y esto es todo por hoy, empieza un nuevo día genial, soleado y sin rastro de tormentas radioactivas. ¡Aprovechémoslo!- sonreí ligeramente-Oh, y he visto que han crecido algunas flores de color azul muy bonitas cerca de los lagos. ¿Por qué no recoges algunas y le das una sorpresa a esa persona especial? ¡Gracias por estar ahí, tened un buen día!
Apagué la radio y el mini generador, tenía que ahorrar energía. Me reincorporé y sacudí el polvo de mis pantalones. Volví a atar mis cacharros a mi espalda y tomé el paraguas oscuro que me había dado mi madre antes de irme. El sol empezaba a caer de forma pesada y era un auténtico alivio tener algo con lo que cubrirme. Pasaba calor, pero así al menos no me quemaba. Tras mordisquear distraídamente una bomba de azúcar, volví a bajar a la calle y eché a caminar dejando el río a mi espalda y atravesando lo que quedaban de algunas carreteras anchas. Mi objetivo estaría a un par de días y medio de viaje, según mi viejo mapa. Ya había registrado e instalado una baliza propia en la antena 1DL-109, la siguiente era la OBB-915. Con cada baliza, mi emisora tendría más y más alcance y pronto podría escucharse en todo el yermo, desde donde fuera que emitiera. ¡Era emocionante! Tan emocionante que no me planteaba que algo pudiera salir mal.
-Y esto es todo por hoy, empieza un nuevo día genial, soleado y sin rastro de tormentas radioactivas. ¡Aprovechémoslo!- sonreí ligeramente-Oh, y he visto que han crecido algunas flores de color azul muy bonitas cerca de los lagos. ¿Por qué no recoges algunas y le das una sorpresa a esa persona especial? ¡Gracias por estar ahí, tened un buen día!
Apagué la radio y el mini generador, tenía que ahorrar energía. Me reincorporé y sacudí el polvo de mis pantalones. Volví a atar mis cacharros a mi espalda y tomé el paraguas oscuro que me había dado mi madre antes de irme. El sol empezaba a caer de forma pesada y era un auténtico alivio tener algo con lo que cubrirme. Pasaba calor, pero así al menos no me quemaba. Tras mordisquear distraídamente una bomba de azúcar, volví a bajar a la calle y eché a caminar dejando el río a mi espalda y atravesando lo que quedaban de algunas carreteras anchas. Mi objetivo estaría a un par de días y medio de viaje, según mi viejo mapa. Ya había registrado e instalado una baliza propia en la antena 1DL-109, la siguiente era la OBB-915. Con cada baliza, mi emisora tendría más y más alcance y pronto podría escucharse en todo el yermo, desde donde fuera que emitiera. ¡Era emocionante! Tan emocionante que no me planteaba que algo pudiera salir mal.
Última edición por Olivia Olsen el Sáb Sep 10, 2016 5:08 pm, editado 1 vez
Olivia Olsen- Neutral
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Re: [Quest] Sangre y Arena (Ciortan-Olivia Olsen)
Al abrir los ojos y respirar ese pútrido aire supe que un nuevo día se manifestaba nos gustara o no. Al reincorporarme vi a los dos jóvenes ayudantes temblando ante mi puerta con una bandeja de esa bazofia hedionda que llamaban comida y que,....por todos los calvos del planeta, sabía a delicioso desayuno. En algún lugar podía escuchar una voz distorsionada que salía de alguna radio.
-Y esto es todo por hoy, empieza un nuevo día genial, soleado y sin rastro de tormentas radioactivas. ¡Aprovechémoslo!Oh, y he visto que han crecido algunas flores de color azul muy bonitas cerca de los lagos. ¿Por qué no recoges algunas y le das una sorpresa a esa persona especial? ¡Gracias por estar ahí, tened un buen día!
Así pues con el estómago lleno cogi a uno de los ayudantes y le rasque la cabeza. Me sentía pletórico y con ganas de juerga.
Tras dar un par de pasos vi al jefe de los saqueadores para el que peleaba hoy en día. Churzo....un nombre casi perfecto. Personalmente le habría puesto Truño pero no era cosa mía. El mentecato sonría de oreja a oreja escuchando las noticias sobre nuevas caravanas de colonos por la zona. Aquello también me hacía sonreír a mi. Seguro que vendría algún animal creyéndose lo más duro del yermo. esperaba que no tuvieran razón.
-Y esto es todo por hoy, empieza un nuevo día genial, soleado y sin rastro de tormentas radioactivas. ¡Aprovechémoslo!Oh, y he visto que han crecido algunas flores de color azul muy bonitas cerca de los lagos. ¿Por qué no recoges algunas y le das una sorpresa a esa persona especial? ¡Gracias por estar ahí, tened un buen día!
Así pues con el estómago lleno cogi a uno de los ayudantes y le rasque la cabeza. Me sentía pletórico y con ganas de juerga.
Tras dar un par de pasos vi al jefe de los saqueadores para el que peleaba hoy en día. Churzo....un nombre casi perfecto. Personalmente le habría puesto Truño pero no era cosa mía. El mentecato sonría de oreja a oreja escuchando las noticias sobre nuevas caravanas de colonos por la zona. Aquello también me hacía sonreír a mi. Seguro que vendría algún animal creyéndose lo más duro del yermo. esperaba que no tuvieran razón.
Ciortan- Neutral
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Re: [Quest] Sangre y Arena (Ciortan-Olivia Olsen)
Hacía tanto calor que si miraba a lo lejos podía ver un extraño vapor subiendo desde el suelo, casi parecía un espejismo, era como si la tierra estuviera ardiendo. Encontré otro punto de referencia en un edificio y saqué mi mapa para ubicarme. Bien, iba por buen camino.
Ladera abajo pude ver un grupo de carretas que avanzaban lentamente, tiradas por enormes brahmanes marrones. Repartidos alrededor de las carretas, avanzaban algunos hombres con aspecto fiero que no trataban de ocultar sus armas. Con suerte su aspecto amedrentaría lo suficiente a cualquier salteador como para evitar un enfrentamiento.
Me mantuve lejos y fuera de su vista, por precaución, no fuera alguno de ellos de gatillo nervioso. A esa hora el sol ya estaba muy alto y el sudor me caía por la nuca. Necesitaba descansar y echar un trago, así que me aparté de la carretera, dejando atrás la cada vez más lejana caravana, y avancé con precaución y el arma en la mano por unas calles peatonales.
Encontré sombra en unas oficinas ruinosas. Aún permanecían algunos ordenadores en las mesas pero todos estaban oxidados y despiezados y no encontré nada que pudiera servirme, excepto una silla metálica en la que me acomodé para almorzar.
Estaba mordisqueando mi segundo bollito cuando escuché el crujido a mi espalda.
Me giré con rapidez y apunté con mi arma. Un hombre de unos 30 años, con la piel curtida por el sol y el pelo de punta y anaranjado, me sonrió. Alzó las manos lentamente.
-Hola, hola, encanto. ¿Está todo bien por aquí?
-Todo bien si te vas.- respondí cortante.
A pesar de estar apuntándole con una pistola el hombre parecía más precavido que intimidado. Sus ojos recorrieron la habitación vacia antes de volver a posarse en mi.
-¿Estas tu solita?- preguntó con un tono jovial, casi burlón- No es buena idea viajar sola por aquí. Podrías encontrarte gente mala.
Apreté la mano que sujetaba la pistola y el fijó la mano en el arma.
-¿Sabes? Yo podría ayudarte, mantenerte a salvo...
-No necesito ayuda, gracias.- respondí nerviosa- Tengo suficientes balas como para....
Otro crujido a la derecha me hizo callar. Un segundo hombre apareció desde detrás de una puerta medio arrancada, apuntándome con un revolver, y luego un tercero.
-No es buena idea, cariño.- dijo el pelirrojo con una lástima fingida.- Creo que te vas a venir con nosotros. Nos aseguraremos de que estés a salvo.
Temblaba, y seguro que se me notaba. Tres contra uno. Aunque hubiera sido una buena pistolera lo habría tenido muy negro. Solo había una decisión que no acabaría con mi muerte prematura.
Bajé el arma.
Uno de los compañeros del pelirrojo se acercó y me golpeó en la cabeza. Caí al suelo con la vista nublada.
-A Churzo le va a encantar este botín...- fue lo último que escuché antes de quedarme inconsciente.
Ladera abajo pude ver un grupo de carretas que avanzaban lentamente, tiradas por enormes brahmanes marrones. Repartidos alrededor de las carretas, avanzaban algunos hombres con aspecto fiero que no trataban de ocultar sus armas. Con suerte su aspecto amedrentaría lo suficiente a cualquier salteador como para evitar un enfrentamiento.
Me mantuve lejos y fuera de su vista, por precaución, no fuera alguno de ellos de gatillo nervioso. A esa hora el sol ya estaba muy alto y el sudor me caía por la nuca. Necesitaba descansar y echar un trago, así que me aparté de la carretera, dejando atrás la cada vez más lejana caravana, y avancé con precaución y el arma en la mano por unas calles peatonales.
Encontré sombra en unas oficinas ruinosas. Aún permanecían algunos ordenadores en las mesas pero todos estaban oxidados y despiezados y no encontré nada que pudiera servirme, excepto una silla metálica en la que me acomodé para almorzar.
Estaba mordisqueando mi segundo bollito cuando escuché el crujido a mi espalda.
Me giré con rapidez y apunté con mi arma. Un hombre de unos 30 años, con la piel curtida por el sol y el pelo de punta y anaranjado, me sonrió. Alzó las manos lentamente.
-Hola, hola, encanto. ¿Está todo bien por aquí?
-Todo bien si te vas.- respondí cortante.
A pesar de estar apuntándole con una pistola el hombre parecía más precavido que intimidado. Sus ojos recorrieron la habitación vacia antes de volver a posarse en mi.
-¿Estas tu solita?- preguntó con un tono jovial, casi burlón- No es buena idea viajar sola por aquí. Podrías encontrarte gente mala.
Apreté la mano que sujetaba la pistola y el fijó la mano en el arma.
-¿Sabes? Yo podría ayudarte, mantenerte a salvo...
-No necesito ayuda, gracias.- respondí nerviosa- Tengo suficientes balas como para....
Otro crujido a la derecha me hizo callar. Un segundo hombre apareció desde detrás de una puerta medio arrancada, apuntándome con un revolver, y luego un tercero.
-No es buena idea, cariño.- dijo el pelirrojo con una lástima fingida.- Creo que te vas a venir con nosotros. Nos aseguraremos de que estés a salvo.
Temblaba, y seguro que se me notaba. Tres contra uno. Aunque hubiera sido una buena pistolera lo habría tenido muy negro. Solo había una decisión que no acabaría con mi muerte prematura.
Bajé el arma.
Uno de los compañeros del pelirrojo se acercó y me golpeó en la cabeza. Caí al suelo con la vista nublada.
-A Churzo le va a encantar este botín...- fue lo último que escuché antes de quedarme inconsciente.
Olivia Olsen- Neutral
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caguen todo
El día transcurría con la normalidad habitual por estas tierras. Los colonos se arremolinaban alrededor del tenderete de Churzo. Seguro que hoy habría tajo.
El estofado de carne del desayuno no me había dejado satisfecho así que me fui hacia la cocina para hablar con Tomasino. Tomasino era un viejo fraile al que le faltaba una oreja. De todas las personas que allí moraban Tomasino era de las pocas criaturas que no me producian nauseas al hablarles.
El buen fraile cocinaba para Churzo desde antes de que yo entrara a formar parte del elenco de demenciales "trabajadores".
Al rato de acudir Thomasino me acerco una buena ración de algo parecido a cereales sobre los que vacío dos bombas de azúcar. Mientras comía me segundo desayuno intercambiamos algunas historias hasta que concluyo con que Rojan, uno de los más estúpidos mentecatos mercenarios que había poblado el paramo había regresado con un buen botín para Churzo. Tuve curiosidad. Estuve un rato ayudando a Tomasino a mover piezas de braman en la cocina y al terminar salí a estirar las patas.
vi a Roja con sus dos haraganes que sonreían mientras Churzo recontaba chapas.
El estofado de carne del desayuno no me había dejado satisfecho así que me fui hacia la cocina para hablar con Tomasino. Tomasino era un viejo fraile al que le faltaba una oreja. De todas las personas que allí moraban Tomasino era de las pocas criaturas que no me producian nauseas al hablarles.
El buen fraile cocinaba para Churzo desde antes de que yo entrara a formar parte del elenco de demenciales "trabajadores".
Al rato de acudir Thomasino me acerco una buena ración de algo parecido a cereales sobre los que vacío dos bombas de azúcar. Mientras comía me segundo desayuno intercambiamos algunas historias hasta que concluyo con que Rojan, uno de los más estúpidos mentecatos mercenarios que había poblado el paramo había regresado con un buen botín para Churzo. Tuve curiosidad. Estuve un rato ayudando a Tomasino a mover piezas de braman en la cocina y al terminar salí a estirar las patas.
vi a Roja con sus dos haraganes que sonreían mientras Churzo recontaba chapas.
Ciortan- Neutral
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Re: [Quest] Sangre y Arena (Ciortan-Olivia Olsen)
El sonido de distintas voces y risas me despertó. Sentía un lacerante dolor en la parte posterior de mi cabeza y un sabor amargo en la boca. Parpadeé y aunque la luz del sol resultó dolorosa, me obligué a mirar a mi alrededor.
Estaba tumbada dentro de lo que parecía una jaula maltrecha construida con maderos atados entre si con sogas. A mi alrededor se movían un montón de hombres, cada cual con peor pinta que el anterior. Justo delante, el pelirrojo se reía a carcajadas con otro de sus amigos mientras contaban las monedas que había en mi mochila. Frente a ellos estaban apiladas mis cosas.
Mis cosas.
La indignación hizo que mi cara enrojeciera pero no era el momento de perder los estribos. No, había sido secuestrada al parecer y la situación pintaba mal. No tenía nada con que amenazarles, pude ver mi arma en el cinturón del pelirrojo, ni nada que ofrecerles a cambio de mi vida o mi libertad.
Me pregunté que tendrían pensado para mi. ¿Serían esclavistas? ¿Canívales? Había oído tantas historias sobre lo que ocurría en el yermo... y ninguna era buena.
Me moví dentro de la jaula, sentándome, y el sonido de la madera crujiendo llamó la atención del pelirrojo. El hombre me sonrió y se acercó, lanzandome besuqueos sonoros que hicieron que su amigo rompiera a carcajadas.
Fruncí el ceño y, cuando acercó su cara a los barrotes, seguramente para intimidarme con alguna obscenidad, pateé con fuerza la jaula.
La suela de mi bota estuvo a escasos milímetros de su cara y el hombre saltó hacia atrás, sobresaltado, totalmente pillado por sorpresa.
-¡Cuidado, Rojan, que tiene mala hostia!- le gritó entre risas su amigo.
-Ya se le bajarán los humos...- murmuró con mal humor el tal Rojan.
Apreté los labios y le sostuve la mirada, no permitiría que me viera intimidada. La jaula entera había temblado con mi patada, así que no era muy sólida. Tal vez lograra romper alguno de los barrotes, solo tenía que esperar a que estuvieran distraídos para poder escapar.
Estaba tumbada dentro de lo que parecía una jaula maltrecha construida con maderos atados entre si con sogas. A mi alrededor se movían un montón de hombres, cada cual con peor pinta que el anterior. Justo delante, el pelirrojo se reía a carcajadas con otro de sus amigos mientras contaban las monedas que había en mi mochila. Frente a ellos estaban apiladas mis cosas.
Mis cosas.
La indignación hizo que mi cara enrojeciera pero no era el momento de perder los estribos. No, había sido secuestrada al parecer y la situación pintaba mal. No tenía nada con que amenazarles, pude ver mi arma en el cinturón del pelirrojo, ni nada que ofrecerles a cambio de mi vida o mi libertad.
Me pregunté que tendrían pensado para mi. ¿Serían esclavistas? ¿Canívales? Había oído tantas historias sobre lo que ocurría en el yermo... y ninguna era buena.
Me moví dentro de la jaula, sentándome, y el sonido de la madera crujiendo llamó la atención del pelirrojo. El hombre me sonrió y se acercó, lanzandome besuqueos sonoros que hicieron que su amigo rompiera a carcajadas.
Fruncí el ceño y, cuando acercó su cara a los barrotes, seguramente para intimidarme con alguna obscenidad, pateé con fuerza la jaula.
La suela de mi bota estuvo a escasos milímetros de su cara y el hombre saltó hacia atrás, sobresaltado, totalmente pillado por sorpresa.
-¡Cuidado, Rojan, que tiene mala hostia!- le gritó entre risas su amigo.
-Ya se le bajarán los humos...- murmuró con mal humor el tal Rojan.
Apreté los labios y le sostuve la mirada, no permitiría que me viera intimidada. La jaula entera había temblado con mi patada, así que no era muy sólida. Tal vez lograra romper alguno de los barrotes, solo tenía que esperar a que estuvieran distraídos para poder escapar.
Olivia Olsen- Neutral
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Re: [Quest] Sangre y Arena (Ciortan-Olivia Olsen)
Al contemplar la escena no pudo salvo pararse al lado de Rojan y sus compinches. Les miró fijamente manteniendo su semblante petreo.
Roja seguía riéndose y señalando a la joven y tardo un poco en darse cuenta de que sus dos compañeros se fueron quedando más y más quietos.
Ciortan no solía meterse en problemas sin pensarlo pero tenía alergia a cierto tipo de personas como ese desgraciado de Rojan.
Rojan se giró y vio al descomunal super mutante. Su risa se corto con un hipo seco.
- ROJAN - Hola Ciortan de.... hola que tal? como tu por aquí? que ...en que puedo ayudarte?
Ciortan se mantuvo firmen frente a él sin hacer mención alguna por atenderle.
Rojan siguie con su verborrea sin sentido hasta que Ciortan lo cogió del cuello apartándolo de su camino. Se acerco a la celda.
Ciortan: ¿Tienes sed?.
Ciortan alzó un cazo con agua hacia el nuevo miembro de la familia de Churzo.
Roja seguía riéndose y señalando a la joven y tardo un poco en darse cuenta de que sus dos compañeros se fueron quedando más y más quietos.
Ciortan no solía meterse en problemas sin pensarlo pero tenía alergia a cierto tipo de personas como ese desgraciado de Rojan.
Rojan se giró y vio al descomunal super mutante. Su risa se corto con un hipo seco.
- ROJAN - Hola Ciortan de.... hola que tal? como tu por aquí? que ...en que puedo ayudarte?
Ciortan se mantuvo firmen frente a él sin hacer mención alguna por atenderle.
Rojan siguie con su verborrea sin sentido hasta que Ciortan lo cogió del cuello apartándolo de su camino. Se acerco a la celda.
Ciortan: ¿Tienes sed?.
Ciortan alzó un cazo con agua hacia el nuevo miembro de la familia de Churzo.
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Re: [Quest] Sangre y Arena (Ciortan-Olivia Olsen)
Una larga sombra se cernió sobre nosotros e incluso Rojan pareció asustarse. De hecho perdió totalmente la compostura y el que antes había parecido un duro mercenario, se había convertido en un hombrecillo tembloroso y tartamudo.
La reacción no era para menos, yo misma me encogí en la jaula aguantando la respiración cuando vi a ese enorme mastodonte... sobretodo cuando se giró hacia mi.
-¿Tienes sed?- me preguntó.
Miré el cazo de agua que me ofrecía y de nuevo lo miré a el, aturdida. Mi primer impulso fue beber, estaba muerta de sed, sin embargo nada me aseguraba que fuera seguro hacerlo.
Me habían capturado y ahora el tipo más aterrador del grupo de secuestradores me ofrecía una muestra de humanidad. ¿Qué tenían pensado? ¿Era parte de su diversión o me necesitaban con vida? Si pensaban venderme o algo así no les interesaría que muriera...
...y sin embargo la cara de ese tipo no tenía ningún gesto divertido, ni malicioso. Es más, parecía triste... de alguna forma.
Tras pensarmelo un momento tomé el agua y bebí.
-Gracias.- musité mirándole.- Ciortan, ¿verdad? Yo me llamo Olivia.
Esperaba que ahora no fuera tan solo una yermense, una presa, esperaba ser ahora una persona con un nombre. Le dediqué una pequeña sonrisa, esperando a ver su reacción.
Sin embargo no tuvimos mucho más tiempo. Un hombre con aires de autoridad le llamó desde cierta distancia.
-¡Ciortan! Tu primer contrincante te espera!- gritó el hombre.
¿Contrincante? ¿De que iba eso? ¿Eran gladiadores?
La reacción no era para menos, yo misma me encogí en la jaula aguantando la respiración cuando vi a ese enorme mastodonte... sobretodo cuando se giró hacia mi.
-¿Tienes sed?- me preguntó.
Miré el cazo de agua que me ofrecía y de nuevo lo miré a el, aturdida. Mi primer impulso fue beber, estaba muerta de sed, sin embargo nada me aseguraba que fuera seguro hacerlo.
Me habían capturado y ahora el tipo más aterrador del grupo de secuestradores me ofrecía una muestra de humanidad. ¿Qué tenían pensado? ¿Era parte de su diversión o me necesitaban con vida? Si pensaban venderme o algo así no les interesaría que muriera...
...y sin embargo la cara de ese tipo no tenía ningún gesto divertido, ni malicioso. Es más, parecía triste... de alguna forma.
Tras pensarmelo un momento tomé el agua y bebí.
-Gracias.- musité mirándole.- Ciortan, ¿verdad? Yo me llamo Olivia.
Esperaba que ahora no fuera tan solo una yermense, una presa, esperaba ser ahora una persona con un nombre. Le dediqué una pequeña sonrisa, esperando a ver su reacción.
Sin embargo no tuvimos mucho más tiempo. Un hombre con aires de autoridad le llamó desde cierta distancia.
-¡Ciortan! Tu primer contrincante te espera!- gritó el hombre.
¿Contrincante? ¿De que iba eso? ¿Eran gladiadores?
Olivia Olsen- Neutral
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Gladiadores
Churzo reclamo mi presencia. Parecía que los colonos habían reunido el suficiente valor y una cantidad apropiada de chapas para que se pusiera todo en archa.
Me acerque al barril de agua limpia y llene una botella plástico de las que allí sobraban. Después cogí tres trozos de pan y los envolví en un trapo. Me acerqué a Olivia y ofrecí el improvisado festín.
Deje atrás a la recién llegada no sin antes emitir un gurural sonido al pasar al lado de los mercenarios. No quería mostrarme débil pero debía márcar territorio. Incluso los humanos reconocerían ese gesto.
Recorríe el mismo camino que tantas otras veces mientras oía los motores y tambores. De fondo un tenue murmullo que brotaba del escandaloso Willy "El Bocazas". Willy era un tipo de mediana edad que parecía tener 80 años por la radiación. Le faltaban varios dedos de la mano izquierda y la pierna derecha desde la rodilla. Según el contaba....gajes del oficio. Hasta aquel momento no había descubierto cual había sido su profesión antes de convertirse en el ...comentarista de Churzo. Lo que si sabía era que obedecía las ordenes de nuestro mecenas fueran las que fueran. Llegue a ver como se comía la cabeza de un pollo vivo ante mis ojos.
_ Venido de tierras lejanas el Colono PIel Roja ..ATAAAARON _
El tipo era grandote. Casi parecía una caricatura. Tenías unas piernas delgadas que parecía no poder sostener el desporporcionado torso musculado y lleno de enas. En cualquier momento la sangre que bombeaban sus brazos buscaría un lugar por donde salir. Willy lo llamo piel roja...yo lo habría llamado Berenjena Man.
Dos movimientos rodeado de sus amigos mostraron su potencia muscular acompañado de una terrible lentitud.
Sin embargo lo que llamo más mi atención no fue mi contrincante si no que uno de los amigos que le ayudaban con su equipo portaba unas medallas de identificación....me acerque para ofrecerle mi mano y así poder fijarme mejor.
Me acerque al barril de agua limpia y llene una botella plástico de las que allí sobraban. Después cogí tres trozos de pan y los envolví en un trapo. Me acerqué a Olivia y ofrecí el improvisado festín.
Deje atrás a la recién llegada no sin antes emitir un gurural sonido al pasar al lado de los mercenarios. No quería mostrarme débil pero debía márcar territorio. Incluso los humanos reconocerían ese gesto.
Recorríe el mismo camino que tantas otras veces mientras oía los motores y tambores. De fondo un tenue murmullo que brotaba del escandaloso Willy "El Bocazas". Willy era un tipo de mediana edad que parecía tener 80 años por la radiación. Le faltaban varios dedos de la mano izquierda y la pierna derecha desde la rodilla. Según el contaba....gajes del oficio. Hasta aquel momento no había descubierto cual había sido su profesión antes de convertirse en el ...comentarista de Churzo. Lo que si sabía era que obedecía las ordenes de nuestro mecenas fueran las que fueran. Llegue a ver como se comía la cabeza de un pollo vivo ante mis ojos.
_ Venido de tierras lejanas el Colono PIel Roja ..ATAAAARON _
El tipo era grandote. Casi parecía una caricatura. Tenías unas piernas delgadas que parecía no poder sostener el desporporcionado torso musculado y lleno de enas. En cualquier momento la sangre que bombeaban sus brazos buscaría un lugar por donde salir. Willy lo llamo piel roja...yo lo habría llamado Berenjena Man.
Dos movimientos rodeado de sus amigos mostraron su potencia muscular acompañado de una terrible lentitud.
Sin embargo lo que llamo más mi atención no fue mi contrincante si no que uno de los amigos que le ayudaban con su equipo portaba unas medallas de identificación....me acerque para ofrecerle mi mano y así poder fijarme mejor.
Ciortan- Neutral
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Re: [Quest] Sangre y Arena (Ciortan-Olivia Olsen)
En cuanto Ciortan se alejó de nosotros, Rojan se pasó la mano por el pelo, sudando con nerviosismo.
-Jeeeejejeje, pues parece que al final no te la vas a quedar tu!- se carcajeó su amigo.
-Cierra el pico!- gruñó el pelirrojo, echándome una mirada siniestra.- Churzo sabe que soy valioso, sabe que me debe mucho...
Sus ojos se quedaron fijos sobre mi durante un momento.
-Además, yo no la destrozaría como haría ese puto supermutante. Aun podría sacar provecho de ella cuando yo terminara.
Apreté tanto mis manos sobre el pequeño paquete que Ciortan me había dado que el pan duro se desmigó en parte. ¿Supermutante? ¿¿Supermutante?? Tragué saliva.
-Ya, claro, seguro que tu le haces ganar más dinero que ese burro metido de esteroides.- respondió el amigo con tono burlón, mientras ambos se alejaban de mi jaula.
Ahora tenía clara la situación en la que encontraba... y noté como el pánico crecía por mi espina dorsal.
Eran esclavistas. Quizá me vendieran en el futuro, era lo más probable, pero mientras tanto me usarían, y hacerme trabajar sería lo más amable que podría ocurrirme. Primero... primero acabaría con ese tipo gigante en.... con ese supermutante... Por eso se había mostrado amable, supuse. Para que tuviera... buena disposición.
Moriría, estaba segura. Tenía que escapar de allí cuanto antes.
No lejos de donde me encontraba se había juntado una multitud en una especie de gradas construidas con escombros. Una voz hajada hablaba animadamente, presentando a los que supuse que serían luchadores. Escuché el nombre de "Ciortan de la Hostia". Así que era uno de los gladiadores de ese Churzo... y estaría ocupado un buen rato. Y no solo el, el griterío de los espectadores casi parecía un rugido que subía de intensidad con la emoción de los combates. Era el momento de escapar.
Durante un segundo me pregunté si Ciortan mataría a sus contrincantes. Y si lo hacía, ¿que hacían luego con los cadáveres? Quizá el mismo se los comiera, había oído que los supermutantes solían hacer eso....
Me acerqué a una de las esquinas de la jaula y me tumbé de espaldas en el suelo. Agarré con fuerza uno de los barrotes y apoyé mis botas en los que cerraban la esquina. Empujé, volví a empujar, la madera crujía y se combaba, pero no terminaba de ceder. Los berridos del combate aumentaron, tal vez Ciortan acababa de matar a alguien. Aproveché para patear con todas mis fuerzas los barrotes.
Hubo un crujido cuando la rama se partió y quedé con los pies fuera de la jaula. Inmediatamente sentí un dolor punzante en el gemelo de mi pierna derecha. Con el ímpetu del golpe, el trozo del barrote que aun seguía sujeto al resto de la jaula había abierto un agujero en mis pantalones y un largo surco abierto empezaba a sangrar de forma alarmante.
Apreté los dientes para no sollozar. Cogí el paquete de comida que me había dado Ciortan y deshice los nudos con que lo había atado. Lié la tela alrededor del corte y apreté ligeramente, atándolo lo mejor que pude con el temblor de mis manos.
Salí de la jaula tambaleante, sujetándome a ella. Eché un vistazo alrededor, tenía que correr antes de que alguien se fijara en mi. Tomé de forma apresurada mi mochila, mi equipo de radioaficionado aun estaba dentro, así como parte de mi comida. Mis chapas habían desaparecido y el mini generador era demasiado pesado para poder huir con el. Metí la botella de agua en mi mochila, me la eché a la espalda y eché a correr hacia los árboles que vislumbraba entre las cabañas de chapa metálica.
-Jeeeejejeje, pues parece que al final no te la vas a quedar tu!- se carcajeó su amigo.
-Cierra el pico!- gruñó el pelirrojo, echándome una mirada siniestra.- Churzo sabe que soy valioso, sabe que me debe mucho...
Sus ojos se quedaron fijos sobre mi durante un momento.
-Además, yo no la destrozaría como haría ese puto supermutante. Aun podría sacar provecho de ella cuando yo terminara.
Apreté tanto mis manos sobre el pequeño paquete que Ciortan me había dado que el pan duro se desmigó en parte. ¿Supermutante? ¿¿Supermutante?? Tragué saliva.
-Ya, claro, seguro que tu le haces ganar más dinero que ese burro metido de esteroides.- respondió el amigo con tono burlón, mientras ambos se alejaban de mi jaula.
Ahora tenía clara la situación en la que encontraba... y noté como el pánico crecía por mi espina dorsal.
Eran esclavistas. Quizá me vendieran en el futuro, era lo más probable, pero mientras tanto me usarían, y hacerme trabajar sería lo más amable que podría ocurrirme. Primero... primero acabaría con ese tipo gigante en.... con ese supermutante... Por eso se había mostrado amable, supuse. Para que tuviera... buena disposición.
Moriría, estaba segura. Tenía que escapar de allí cuanto antes.
No lejos de donde me encontraba se había juntado una multitud en una especie de gradas construidas con escombros. Una voz hajada hablaba animadamente, presentando a los que supuse que serían luchadores. Escuché el nombre de "Ciortan de la Hostia". Así que era uno de los gladiadores de ese Churzo... y estaría ocupado un buen rato. Y no solo el, el griterío de los espectadores casi parecía un rugido que subía de intensidad con la emoción de los combates. Era el momento de escapar.
Durante un segundo me pregunté si Ciortan mataría a sus contrincantes. Y si lo hacía, ¿que hacían luego con los cadáveres? Quizá el mismo se los comiera, había oído que los supermutantes solían hacer eso....
Me acerqué a una de las esquinas de la jaula y me tumbé de espaldas en el suelo. Agarré con fuerza uno de los barrotes y apoyé mis botas en los que cerraban la esquina. Empujé, volví a empujar, la madera crujía y se combaba, pero no terminaba de ceder. Los berridos del combate aumentaron, tal vez Ciortan acababa de matar a alguien. Aproveché para patear con todas mis fuerzas los barrotes.
Hubo un crujido cuando la rama se partió y quedé con los pies fuera de la jaula. Inmediatamente sentí un dolor punzante en el gemelo de mi pierna derecha. Con el ímpetu del golpe, el trozo del barrote que aun seguía sujeto al resto de la jaula había abierto un agujero en mis pantalones y un largo surco abierto empezaba a sangrar de forma alarmante.
Apreté los dientes para no sollozar. Cogí el paquete de comida que me había dado Ciortan y deshice los nudos con que lo había atado. Lié la tela alrededor del corte y apreté ligeramente, atándolo lo mejor que pude con el temblor de mis manos.
Salí de la jaula tambaleante, sujetándome a ella. Eché un vistazo alrededor, tenía que correr antes de que alguien se fijara en mi. Tomé de forma apresurada mi mochila, mi equipo de radioaficionado aun estaba dentro, así como parte de mi comida. Mis chapas habían desaparecido y el mini generador era demasiado pesado para poder huir con el. Metí la botella de agua en mi mochila, me la eché a la espalda y eché a correr hacia los árboles que vislumbraba entre las cabañas de chapa metálica.
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